La Arugula es una de las piezas clave de la cocina mediterránea, es parte de cualquier buena ensalada y es única por su sabor y aroma tan peculiares. Es una hortaliza con un gran número de antioxidantes, vitaminas y minerales, antioxidantes y ácido fólico. Por sus características de contenido es de ayuda en gran manera al sistema inmune contra enfermedades como los resfriados, evitar y mejorar el flujo sanguíneo y según algunos estudios hasta como preventivo al cáncer.
Es una planta de tamaño mediano, que crece principalmente a los costados. La Arugula tiene una gran preferencia por los espacios iluminados sin ser necesariamente sol directo, por ello es una planta ideal para interiores (en caso contrario, sembrar junto a plantas de gran tamaño es lo mejor), puede ser muy resistente al frío (por periodos no muy prolongados) y no requiere de mucha alimentación. Si bien no necesita de muchos cuidados en general, si tiene un gusto por beber agua constantemente. Es una planta que se lleva bien con la mayoría de las plantas, pero en caso de plantas de interior, en conjunto con fresas, lechugas y espinacas resulta ser muy buena.
Para cosechar sólo es necesario cortar unas cuantas hojas de la periferia de la planta y no es necesario arrancar toda la planta. El sabor y aroma de la planta dependen totalmente de la cantidad de luz, agua y fertilización que nosotros le demos. En caso de que esto no llegase a ocurrir, puede llegar a perder mucho sabor o la cantidad y calidad de las hojas. Y en caso contrario, si lo colocamos en un sitio en donde la temperatura es un poco más elevada, el aroma que logrará tener será mucho más fuerte.
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