La cebolla es posiblemente uno de los primeros ingredientes de la cocina que se han conocido desde tiempos inmemoriales. Además de ser un excelente alimento, es considerado como una gran medicina natural. La cebolla es considerada como un alimento “light” ya que contiene un 89% de agua, aparte de ello contiene solo 38 calorías por cada 100 gr de cebolla (además de contener carbohidratos, proteína y prácticamente nada de grasa. Contiene un nivel bastante alto de vitamina C, potasio, calcio, fosforo, así como un nivel bastante alto de oligoelementos esenciales. Tiene propiedades antinflamatorias, antialérgicas, y protectoras ante algunos canceres, así como de ayudar con los síntomas de cansancio, ansiedad y depresión.
Es una planta de crecimiento medio, con una predilección absoluta por el sol; si le restringimos a esta el sol, la probabilidad dice que el periodo de crecimiento sea mucho más largo de lo común es alto y, aun así, no tendrá tanto tamaño como el que debería. La cebolla es una de las hortalizas que más disfruta de las temperaturas elevadas y al mismo tiempo tiene un gran aguante al frío. No es una planta a la que le guste el exceso de humedad, por lo que hay que mantenerle cuidado con ese rubro. Es una planta muy noble que se lleva bien prácticamente con cualquier otra hortaliza (siempre y cuando no le bloqué la fuente sol) uno de sus mejores compañeros es el ajo.
Para cosechar la cebolla lo recomendable es esperar a que tenga 5 cm aproximadamente el bulbo (se puede sentir por debajo de la tierra sin necesidad de arrancarlo), Al igual que algunas otras especies, lo más común es consumir el fruto, pero sus hojas son completamente comestibles y tienen un sabor muy similar a la cebolla solo con un toque más sutil.