La hoja santa, se puede considerar como una de las grandes hierbas de la medicina tradicional mexicana, así como de su cocina. Gracias a su olor penetrante se pueden preparar salsas y moles, servir como empapelado o mixiotes. Su ligero sabor a cítricos y anís permite versatilidad en la cocina, como medicina alternativa, ayuda a desinflamar el sistema digestivo, mantiene los niveles de glucosa en la sangre, aporta vitamina c y previene enfermedades respiratorias como asma, reumatismo o irritación ocular. También se utiliza para trastornos del aparato digestivo, estreñimiento, diarrea o inflamación estomacal. Este quelite originario de México también se usa como infusión para ayudar a conciliar el sueño ya que es un relajante natural.
La hoja santa es una planta que tiene un tamaño medio, por lo que no costará mucho adaptarla a nuestro huerto (recordemos que es un quelite).
Se debe mantener en un sitio templado y de preferencia, donde no le toque directamente el sol ya que es muy sensible a la luz y a las temperaturas frías. Es una planta que si bien está acostumbrada a no tener una fertilización muy amplia, si se le da puede llegar a mejorar mucho sus características de olor y sabor, así como el de la velocidad de su crecimiento.
Si tienen poca humedad, la planta puede ser atacada por pulgones, cochinillas y arañas. Debes regarla una vez al día, especialmente cuando veas que sus hojas empiezan a verse un poco más oscuras que lo normal, así como orientadas hacia el suelo. Esta planta no soporta la sequedad. Es una planta muy celosa de su territorio, por lo que hay que dejarle un espacio lo suficientemente amplio dentro del huerto para que pueda desarrollar, en caso de que nosotros queramos sembrar junto de otras plantas, la recomendación es ir limpiando y delimitando su crecimiento para que no invada el espacio de las demás.