La lavanda es una de las especies consideradas polinizadores por su gran capacidad de producir flores y por ende, la cantidad de polen que le permite obtener a especies como las abejas y los colibríes es muy alta. En lugares con poca vegetación o con gran nivel de urbanismo, la lavanda puede ser una de las especies con mayor impacto para la microfauna del sitio; dicho de otra forma, si nos interesa ver nuestros espacios más vivos, la lavanda es una de nuestras mejores amigas para lograrlo.
Del mismo modo tiene muchos usos dentro de la aromaterapia gracias a la alta producción de aceites esenciales que tiene y también cuenta con características como una especie medicinal antiséptica y analgésica.
Para su cosecha deben tomar en cuenta que las flores jóvenes tienen un aroma mucho más intenso que las adultas, pero las adultas, contienen más aceites conservados. El caso de la lavanda es uno muy peculiar, ya que, pese a las creencias populares, las flores probablemente tienen un aroma constante, pero la mayor cantidad de los aceites esenciales (y que perduran con el aroma mucho más tiempo), se encuentran en las ramas jóvenes y las hojas adultas, por lo que para usarlos como aromatizante ambiental, por ej. Cortar flores, ramas y hojas es muy recomendable.