El poleo es una de las plantas medicinales por excelencia. Se usa el poleo para tratar resfriado común, neumonía, fatiga y como repelente de insectos, ayuda a expulsar el exceso de gases en el intestino y en la industria manufacturera, el aceite de poleo se utiliza como un repelente de pulgas para los perros y los gatos y como una fragancia para los detergentes, perfumes y jabones.
El poleo es una planta de poca altura (alcanza una altura de entre los 15 y los 60 centímetros) que se puede cultivar en espacios reducidos durante toda su vida, por lo que dentro de nuestros huertos no requerirá de mucho espacio realmente. Sus flores son de un color muy llamativo y tanto ellas como sus hojas desprenden un aroma muy llamativo, por lo que esta es una excelente planta para poder iniciar en el mundo de los huertos. El poleo disfruta mucho de la luz del sol directo, pero puede estar en una interior en el que entre mucha luz natural y esté lejos de las corrientes de aire (ya que es muy sensible a este factor). Le gustan los sustratos con un muy buen drenaje, si bien no es muy sensible a la sequía, prefiere mucho tener agua constantemente.
Es una planta muy vigorosa, por lo que puede llegar a reproducirse mucho si no se le controla, es decir; una de las principales actividades con esta planta será contener el espacio en el que esta va a estar para evitar que invada a las demás plantas. El poleo es una planta que no resulta muy exigente en cuestión de alimentación, pero las mejoras que tiene la planta si le brindamos lo que necesita para poder crecer son muy notorias desde las primeras aplicaciones y en el aroma de las hojas.